Un iraní estaba condenado a la horca y ya con la soga al cuello, pero
logró el perdón. En momentos en que el asesino ya estaba colgado, la
familia de la víctima gritó que lo perdonaba, por lo que rápidamente
fue socorrido para bajarlo del patíbulo.
Según la ley iraní, el responsable de un crimen o una violación debe
ser ahorcado públicamente en una plaza. En este caso el hecho tuvo lugar
en Machlad, noreste de Irán, aunque en el caso de que la familia de la
víctima así lo pida puede ser perdonado.
Según la información brindada por la agencia de noticias Mehr,
cuando los familiares de la persona fallecida gritaron que lo
perdonaban, unos segundos después de que el asesino fuera colgado.
En ese momento, un grupo de personas se apuró por tratar de socorrer
al hombre, a quien rápidamente le quitaron la soga del cuello.
Según lo que contempla la ley iraní, tras el perdón de la víctima y
al evitarse la pena capital, el acusado debe pagar "el precio de la
sangre derramada" (diyeh), que equivale a unos 36.000 dólares, además de
cumplir una condena en la cárcel que se determinará.
Fuente: Agencias.
martes, 28 de mayo de 2013
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