Se trata de una enfermedad que consiste en la existencia de una cola vestigial (que queda como resto de algo que ya ha perdido su función), la cual se encuentra en la zona final del sacro. La cola está compuesta de tejido conectivo, músculos, vasos sanguíneos, nervios, piel, vértebras y cartílago. En algunos casos esta cola es blanda, es decir, simplemente formada por vasos sanguíneos, músculos y nervios.
No se conocen las causas. Se cree que se produce por la mutación de los genes encargados de producir la muerte celular programa de las células que estaban destinadas a formar una cola.
Actualmente los médicos pueden eliminarla al nacer.
La cola humana más larga de la que se tenga registro pertenecía a un muchacho de doce años en la entonces Indochina Francesa, y medía 229 mm.
Existen unos 100 casos documentados alrededor de todo el mundo. Uno de los más recientes es el de un bebé que nació en 2000 en la India.
Muchos creían que el muchacho era una rencarnación de un dios hindú. El niño fue nombrado Balaji, el otro nombre con que se conoce al dios Hanuman, dios con cara de mono. El niño indio tenia una cola de 10 centímetros de largo, y el muchacho estaba siendo exhibido en los templos de la India, donde la gente pagaba para verlo. El periódico indio “The Tribune” dijo que el abuelo del niño mostraba a los periodistas nueve puntos de coincidencia en el cuerpo del bebé, que supuestamente tenia con Hanuman.
Pero no sólo la cola es el único órgano vestigial del ser humano. En 1893 el doctor Robert Wiedersheim publicó una lista de 86 órganos humanos de los que no se podía entender cuál era su función, por lo que a raíz de esto se les llamó “órganos vestigiales”.
Actualmente esa lista ha disminuido mucho y aún siguen siendo debatidos algunos de estos “órganos vestigiales”. Pero aún se conservan: el apéndice, las muelas del juicio, la plica semilunaris (resto vestigial del tercer párpado) y el cóccix, que parece ser el resto de una cola perdida.
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